Días extraños en lugares conocidos

Vivo unos días extraños, y me parece que no soy el único. Me parece que algo falla, algo va mal. El aire está enrarecido entre la gente. Acaso será este verano artificial que nos invade cuando no debe.

Lo que antes era normal ahora es ofensivo, lo que antes era dulce ahora es débil, lo que antes era algo ahora no es nada. Extraño.

"El orden de los factores no altera el producto" así que puedo afirmar que la vida no es una multiplicación. Podría ser una suma, sumamos experiencias, sumamos momentos... podría ser una división, dividimos opiniones, dividimos ganancias... ¡¿Dónde está el vampiro de Barrio Sésamo cuando hace falta?!

Lo peor de estos días es que las decisiones pesan. Los granos de arena ya son montañas, y ahora las montañas hacen cordilleras. Los roces se convierten en disputas. La paciencia se convierte en estrés y la misericordia en un asunto para el tiempo libre.

Me veo cavilante y distante (que rima con elefante), pensando y analizando todo esto. Despues de haber visto Memento, Bowling for Columbine y Metrópolis (por ese órden) todo es más extraño todavía.

Yo... distante... sin duda estoy dejándome llevar por el cambio. No sé aún si con fines experimentales, por conformismo o por el inevitable (et fabuleux) destino. Pero como sé que mi destino dista bastante de ser tan extravagante como el de Amélie Poulain me preocupa que sea esto último.

A ver que pasa mañana, igual sí me toca sentirme como "el descubridor de la tumba de Tutankamon".

escuchando: Lord of the Dance - Celtic Dream