El que no sufre es porque no quiere (I): como lo que quiero

La ciencia avanza, los médicos son cada vez más listos y ganan más dinero. Nuestra vida es como un gran muelle de goma que se estira a medida que llegan estos avances. Vivimos mucho y bien (en la medida de lo posible). Pero... ¿es esto bueno? Y yo digo ¡NO!

Y no será hoy cuando me embarque en un análisis ético, pero señores, señoras y señoritas de buen ver, nos han robado nuestro sufrimiento natural. En tiempos que ya parecen remotos sufríamos enfermedades terribles, pestes, trabajos infrahumanos y penurias de todo tipo. Vivíamos menos pero vivíamos sufriendo. Y es que ¿hay algo más digno que sufrir?

Por suerte para nosotros ya hay remedio. Los humanos hemos visto los dientes al lobo y nos hemos lanzado a buscar la dentellada, porque tenemos derecho a sufrir.

Entonces se inventaron las dietas de adelgazamiento basadas en el rábano, los gimnasios intensivos con aerobic extremo, la cirugía estética de médico ruso con acento argentino y láser fotovoltaico, los piercings con la broca del 6, los tatuajes integrales y el sexo con mucho cuero y poco sexo. "Ya puede usted sufrir con las máximas garantías". La oferta es variada y tentadora.

Nuestro primer objetivo para una vida con un sufrimiento de calidad es una buena dieta. Pero no se deje embaucar por cualquiera, queremos una buena dieta y la queremos YA. Debemos tener claro que cuanto menos se coma mejor y lo poco que comamos que sea con glamour, nada de una loncha de jamón asado a secas, eso no es digno. Sería recomendable un desayuno tipo: café con leche ultradesnatada sin calcio ni leche y un puerro ecológico 100% natural. Para comer: una rodaja de papaya de 10 gr. y un yogur de soja con bífidus hiperactivos y L. cassei immunitass macho. Y de cenar: nada, a dormir con retortijones y dolor de tripa. En un par de semanas habremos perdido todos esos kilos que nunca nos sobraron. Se acabó el llevar la pesada carga de tener un aspecto saludable.

No, no me deis las gracias que esto es sólo el principio.