17 de Enero del 2004

En silencio

Acabo de terminar una agradable discusión con otra cebolla, que no sabe que es cebolla o no quiere reconocerlo, pero que es una cebolla.

Es una gran cebolla.

Esta cebolla y yo hablamos cuando la hora no es importante, cuando nadie está en un atasco o en la cola del súper. Hablamos cuando la prisa no existe, pero el tiempo pasa deprisa, en silencio, como si sólo estuviesemos las cebollas y puediese escabullirse sin ser visto.

Si el tiempo ha sido eficaz en su escaqueo empezarán los testimonios más personales, como si hubiesen pasado de repente 10 años y fuesemos cebollas de toda la vida. Hablaremos de lo que pensamos con el cerebro que hace ruido, de porqué lo pensamos y de cómo se debe interpretar.

Hoy el tiempo ha sido implacable. Discusiones banales. Comentarios con fundamento. Poca flexibilidad. Ideas concretas... parecería q no se hubiese producido el mágico efecto pero sí lo había hecho. En un abrir y cerrar de ojos llevabamos discutiendo toda la vida, y había comodidad en las palabras.

He aprendido algo: Las amistades se forjan en silencio, cuando el tiempo no mira para no ser visto.

Pensado por algo más que huesos a las 06:24 | Categoría: ser o no ser cebolla
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